La felicidad es definida generalmente como una condición interna de satisfacción y alegría que propicia paz interior, un enfoque positivo del entorno, al mismo tiempo que favorece la conquista de nuevas metas. La llamada psicología positiva ha puesto sobre el tapete en los últimos años el enfoque basado en el planteamiento que el mejor camino para ayudar a las personas a ser más felices debe partir, en primer lugar, del reconocimiento de sus propias potencialidades así como de sus enormes posibilidades
Quizá en el mundo de las relaciones laborales, este asunto puede resultar especialmente sensible. Partiendo del tradicional reconocimiento del concepto de la relación de dependencia en los contratos de trabajo, durante décadas se consideró como algo natural que la seguridad y estabilidad laboral estuviese en manos casi exclusivamente de los empleadores y de las posibilidades de éstos para mantener a las personas en sus puestos de trabajo de manera indefinida, olvidándose prestar atención al hecho si dichas actividades rutinarias contribuían con la felicidad personal o colectiva de millones de trabajadores. ¿Esta visión ha venido cambiando en los últimos tiempos a la luz de la influencia de la psicología positiva?
Las relaciones laborales y la búsqueda de la felicidad pueden obtener un enorme beneficio complementario. Foto: |