martes, 14 de julio de 2015

Aproximaciones jurídicas a los fundamentos ancestrales del urbanismo andino

La especial cosmovisión andina parece haber generado la convicción, durante milenios, sobre la presencia y anuencia de las divinidades en la construcción de sus principales centros ceremoniales. Esta concepción destacaría nítidamente en el temprano desarrollo que se observa de la arquitectura ceremonial-religiosa, especialmente a lo largo de la costa central del Pacífico suramericano, cuya antigüedad supera en varios casos los 6,000 años .

Basado en ello, algunos autores coinciden en señalar que el urbanismo andino, desarrollado en los milenios siguientes a partir del éxito de esta inicial arquitectura ceremonial-religiosa, podría ser definido en pocas palabras como el  enorme poder de la convicción de las ideologías religiosas ejerciendo inclusive una clara primacía sobre cualquier tipo de medidas coercitivas. Por ello, en el desarrollo de los innumerables centros urbanos en los variados contextos andinos de costa, sierra y selva que empiezan a aparecer hace 5,000 años aproximadamente se puede identificar claramente la presencia tutelar de las ideologías religiosas así como el poderoso instrumento que significa “la memoria social inscrita en el paisaje” .

Sin embargo, además de reconocer la enorme importancia que cumplieron los “elementos sagrados” en este milenario proceso, no debe olvidarse también el impacto que evidentemente ejerció la particular “visión cosmocéntrica”, compartida ancestralmente por las sociedades andinas. Todo ello contribuyó naturalmente a configurar este especial desarrollo urbano autónomo y sus correspondientes procesos jurídicos, con características muy diferenciadas a lo ocurrido en Asia, África y Europa, tal como lo analizamos en este artículo.


Impresionante vista del Complejo Arqueológico de Cajamarquilla, en el valle del Rímac, y los destacados elementos del urbanismo andino desarrollados por las sociedades de la costa central del Pacífico suramericano en los últimos 2,000 años. Foto: Lizardo Tavera

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